Mi amorcito!

Michi, perdón ante todo por no haberte incluído en esta página de homenajes, aún siendo vos la razón por la que me empecé a relacionar con las mascotas, es que aún hoy me cuesta aceptar que ya no estás conmigo. Pero uno no puede negar la muerte, implica no reconocer lo mucho que te quise en vida, y no puedo permitirme eso.
Gracias por enseñarme a tener una mascota, por poder malcriarte y mimarte todo lo más que pude yo y mis padres, cambiaste la vida de todos, nos llenaste de amor, de locuras traviesas, y fuiste protagonista de muchas historias que aún hoy contamos.
Hubiera querido que tu partida fuera distinta, pero estoy contenta de que ya no estás sufriendo por esa enfermedad que ningún veterinario pudo explicar.
Me acordaré de vos siempre con tanta personalidad, impetud y energía, y guardaré en mi corazón los momentos tan nuestros que pasabamos día a día.

Desde lo más profundo de nuestro amor, Adios.